¿Mechas de verdad? No
Para todos aquellos que crecimos en los años 80s, la posibilidad de un escenario de guerra en la que robots sirvieran como unidades operativas, siendo incluso tripulados por seres humanos, era algo no sólo real sino maravilloso. Los primeros acercamientos a tales escenarios vinieron de parte de series como Mazinger Z, un robot gigante (mecha) conducido por Kogi Kabuto, un joven nipón; o Robotech, en el que las Naciones Unidas desarrollaban tecnología innovadora a partir de restos de naves alienígenas y las denominaba Robotecnia para construir un portaaviones que volaba (un helicarrier) que encima se transformaba en un super robot, el SDF-1. En definitiva, el manga y el anime japonés continuaron desarrollando ese tipo de historias y nuevas denominaciones, Gundams. Con el correr de los años la industria de los videojuegos también incorporó la temática hasta llegar a una de sus mejores entregas como “Titanfall”
Pero un escenario donde Mechas reales se desempeñen en el campo de batalla está muy lejos de concretarse. Existen varias razones para eso. La principal razón está dada en la increíble dificultad que enfrenta la robótica en términos de estabilidad para unidades bípedas; es decir, que se trasladen en dos “piernas”. Si bien ya existen miles de robots que pueden caminar en dos piernas, ninguna lo hace bien. Por otra parte, la estabilidad modifica la capacidad para reposar, en otros términos: cuando el robot descansa, puede ser volteado fácilmente, especialmente si no tiene un centro de gravedad bajo. ¿LES SUENA DE ALGÚN LADO?
Pero también recuerdo el ED 209, también conocido como el robot que le cuesta bajar las escaleras en Robocop (1987)
Otro gran problema que enfrentan este tipo de robots está dado por la utilidad de sus extremidades, por caso… sus manos. ¿Qué tipo de cosas necesita un mecha agarrar? ¿una super espada? ¿Necesitamos que trepe? Es decir, las grandes dificultades vienen de la mano de otorgarle una suerte de apariencia humana.
Otro gran problema es el costo, según un informe de la revista Wire es de casi 725 millones de dólares. Y se disgrega de la siguiente manera:
ITEM COSTO x UNIDAD CANTIDAD COSTO
Aleación de Aluminio $1,800 43,875 $79,000,000
(+ proceso y manufacturación) $240,000,000
Computadora principal (IBM) $1,550,000 1 $1,550,000
Turbinas de gas (GE) $52,000,000 7 $364,000,000
Superconductores (IHI) $260,000 30 $7,800,000
Drivers $260,000 30 $7,800,000
Reductores $760,000 30 $22,800,000
Sensores $910,000
Cabina $450,000
TOTAL:
$724,310,000
Otro tipo de problemas para afrontar están dados por la capacidad que tenga de superar el efecto stilleto (taco aguja) por el que las extremidades pierden estabilidad o tracción por la inmensa cantidad de peso que afronta. A eso debe sumársele los problemas de interconectividad entre el piloto y el mecha; cómo se impulsa... si tecnología convencional o nuclear.
Lo que podemos llegar a experimentar cada vez más y más, son los trabajos y desarrollos en exoesqueletos (Siempre considerando al ser humano como parte integrante del módulo, por eso no hablamos de drones o robots que ya existen). Los exoesqueletos tienen también mucha presencia en cómics y películas. Por ejemplo está el warsuit de Lex Luthor
La empresa japonesa Atoun está a la vanguardia de los exoesqueletos. Y Naturalmente los japoneses ya tienen su gunman de dimensiones reales pero, sin la capacidad de arrojar fotones por sus puños.