Breves historias de Camaradas
Dreaming with Montana
“La noche del 23 de febrero no fue usual en el Kremlin; el camarada Puvlov vomitaba sangre en el hall de la secretaría de Asuntos Internos asistido por el mejor cuerpo de médicos de toda la Unión Sovíetica. El camarada Rachdimoff corría por el solemne edificio buscando toallas. El frío de Junio detuvo por unos momentos el avance de las tropas norteamericanas, más precisamente de la compañia Baker. Tras minutos de gritos soviéticos y alardes paneslavos que recorrían el terreno, una metralla sacudió el silencio estremeciendo el presente. -”Waste da mothefucka!” gritó el Teniente Donovan a la seccion Charly. Las balas trazadoras dieron un pincelazo fugaz y naranja al lienzo ruso y los cuerpos maltrechos de los cenicientos suboficiales obedecieron la ley newtonesca para fenecer en gloria…”
Mensajes polares
“…era un 9 de enero; Hanz y yo estabamos apostados en un pequeño y condenado crater que un T 34 le hizo a su suelo natal; la nieve que volaba de un lado al otro producto de los disparos no hacía más que joder nuetra visión pero definitivamente lo que me destruía los nervios era el maldito frío; siquiera en los confines de noruega hacia este endemoniado frío. Lo peor son las gotas que resbalan por mis canillas, hay algo en esas gotas que me perforaban el cerebro y me perjudicaban más que los rusos… Recibimos la orden del kapiten de avanzar, ¡¿acaso no ven que nos están despedazando?! pasaron 3 meses ya y no hemos avanzado siquiera 5 metros; me pregunto que sera de Junger y Karol, esos malditos si que disfrutaban del vodka, ahora no tenemos ni cigarros, tan solo unas colillas de tabaco horrible ruso que deberían llamarse Cancer rubios… Por fin llegó la correspondencia, me compadezco del pobre Mattias, nada para él…”
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