En el Reino del Silencio
"Cabalgo en avernos jineteando el acero. Caminos infinitos que el sol presenta; Celsius se ríe y gracioso escarmienta. En busca de noches la luna es sirvienta y monjes de octanos agradan espacios. Efugios nocturnos me libro del pavimento y siento, licenciado, venias del viento.
Hangares de muchos receptan mi cuerpo. Escondo mis ojos al examen ajeno. En tierras de nadie voy matando el cerebro; él sabe de mañas: se sabe perverso. Sonoro estupor asombra al sonido. Silencios que hablo se ven interrumpidos. La calma esconde sus cartas y pierdo el sentido. Golpes fortuitos alojan mis pieles. Soy sueño en el piso y batalla de seres alrededor mío.
Amanezco perdido en suelos y efluvios. La sangre me baña y claudico a la certidumbre. Culpables de tanto, me hunde la herrumbre y asciendo de nuevo codiciando los mundos.
Vestigios de cueros y cigarros candentes, ondean cadenas y alaban la muerte. Afronto su habla y cuestiono sus modos. Abrigada justicia que busco no siempre razono. Cargo y descargo y me asomo. Casquillos deponen su pólvora amante y la realidad y sus nodos arrodillan mi semblante.
Saco pasaje al afuera y ansío sabiduría. Huérfano de gnosis monto mi escape, acelero insano y, afortunado, distante.
Las luces me siguen, el paisaje me escolta. Nafta que trago me vacío a la derrota. Avisto el frente y no avisto. Derroco intentos falaces y me alcanza el peligro.
Velo mi vida al juicio de tantos. Me miento y afirmo: consigo un amparo. Las luces ya vienen, maldigo a los tiempos. Dialogan municiones, bienvenidas las balas. Se acaba la espera y cosas musito. Me impongo al callar y grito: Capitular no es mi estilo.
Camino por los brazos de sangre del río presente. En núcleos dispares inspecciono mi estado y concluyo sereno que ella, graciosa, habita en infaustos terrenos. Depara mi escala violenta salidas, y raudo. Demencia elegida y humana razono en mi fango.
Las sombras que imperan visten la estadía. Los rayos, rehenes, consumen mis dudas. Los vastos refugios vecinos me escudan. La codicia legal de los uniformes me sirve de guía.
El calor de su ser recorre mi dermis y ojos de jueces persiguen mi vida. Los aleteos delatores de alados testigos…acelero mis pasos buscando guarida
Silbatos son fieras acusando presencia, e insulto a mis dioses por vagos esfuerzos. Fortuna traidora que agota mi tiempo y sin prejuicios desdicha mi herencia.
El cuerpo, honesto, solicita credenciales a Morfeo. Tengo nubes negras en el horizonte y los latidos al compás de un imperio persa. Se me agota la sangre, goteo a goteo. Las balas turistas hicieron un daño y las que residen imponen presencia.
La ley se presenta y brama justicia. Elijo mutarla y acallar sus mentiras. Buscan un freno, una pausa a mi tiempo. Es tarde e inútil. Me encamino al silencio.
Lejana y tirana ulula su risa. Ambulancia ¿de donde surges así, inaudita? Se lleva mi pasado y presente, no muerta… viva. Morfeo se mofa y Osiris osado reclama mi alma. Me llevan de prisa y yo llevo, conmigo, la sed de venganza."
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