Пассажир 98
"Los estandartes enmarcados en caoba protegían las fachadas del impresionante living de Grigori, alma matter de Anatoly. Su adoración por el Hermitage lo llevo a vomitar sus rupias acumuladas por lustros en busca de lograr una perfecta simulación del virtuoso palacio.
El humo del Herzegovina Flor, su marquilla preferida, lo envolvía protector cubriendo su micro hábitat en una paz ansiada. Marcó los dígitos de su teléfono y envió el mensaje: “Pasajero 98, ACTIVO.”
Anatoly moraba pasante en los pasillos de la terminal aeroportuaria Heathrow de Londres. Estaba asqueado de la llovizna eterna que baña a los bretones y rogaba por subir a su Airbus A380. En derredor, infantes y madres improvisadas bombardeaban sonoramente la concentración del moscovita. Su hartazgo comenzaba a perturbarlo sobremanera. El sonido de su teléfono lo despertó de ese trance iracundo y le robó una sonrisa. “Кто-то не приходит домой сегодня…Я надеюсь, что ваш маленький вас” (alguien no llegará a casa hoy…ojala seas tu pequeño) miraba fijo al chiquillo a su norte.
El vuelo de British Air esperaba partir a las 1930hs con destino a San Petersburgo. La humedad imperante comenzaba a erosionar el oxigeno y el sopor aterraba algunos anticuerpos que escapaban en forma de transpiración. El día parecía no culminar más para el Spetsnaz: “British Airways flight 678 to St. Petersburg suffers a delay, Please wait for further instructions” … Una avería en los flaps preocupaba al personal de la terminal. No sería algo que al destino le
preocupara.
Tras 2 horas de ver una diminuta aguja marearse en una esfera de vidrio, Antoly abordó de mal humor a esa verdadera ballena alada. Lo primero que hizo fue dirigirse hacia el asiento 98 a pesar de la insistente blonda azafata que buscaba desviarlo para sentarlo donde correspondía, el asiento 20. Tendría que caminar bastante y pensar una excusa para volver al otro lado del avión. Pero la preocupación anidaba en cuándo efectuar el trabajo, en el avión, o después con tranquilidad en la oscuridad de la ciudad sueño de Pedro el Grande. “Самолет, конечно, но не будет проблемой.” (En el avión, naturalmente, no seria un desafío sino)
3 minutos de manipular la paciencia de la azafata habían bastado para hacer lugar a la llegada del pasajero 98. Parecía un ex SAS. Era un ex SAS. Tras unas horas de vuelo una pulsión eléctrica en el cerebro indicó el momento. La maldita azafata otra vez en el camino, un golpe seco en la nuca la depositó en los aposentos de Morfeo, señor de los sueños. El SAS no era un improvisado y alertado por la humanidad de Anatoly se erigió previsto para matar. Ni bien estuvo a 10 metros comenzó una furibunda tormenta de cuchillas. Anatoly no tenía problemas en exhibir su cañón de 45mm manufacturado en goma especial, en clara señal de desafío como quien dice “Hola, doom service”. No pudieron contener la respiración que dos azafatas yacían en el pasillo escupiendo sangre. El sonido de las alarmas y las luces del avión saturaban el momento, la histeria rompía los cinturones de seguridad pero qué demonios… por 100 mil dólares podría matar a la reina de Inglaterra en una montaña rusa. Con el cargador vacío Anatoly sacó su más preciada sorpresa: un envase de perfume con gas líquido que sirvió de catalizador, el fuego tomó la tercera parte del Airbus. Murieron 34 personas."
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